Festivales Taurinos

Los festivales taurinos son tan viejos como las corridas de toros, y casi siempre con un fin, aparte del propio disfrute de ver torear.
Se suelen dar en estas épocas invernales como preparación para los matadores, y a lo largo del año se suceden los que tienen una fecha y motivo concreto.
Los hay benéficos, los mas, gracias a este tipo de festejos se ha contribuido a la construccion de hospitales, orfanatos, residencias, escuelas, y un sin fin de beneficios sociales incluida la investigación. En este capitulo hay algunos muy conocidos, como el que realiza Ponce a favor de la Asociación del Cancer, el que se realiza en Albacete para Atades, por cierto hubo uno en Zaragoza para esta misma asociación, pero con la desaparición del Maestro Fermin Murillo, cayó en el olvido.
También pueden ser puntuales y organizarse para una desgracia sobrevenida a un país, o para paliar el percance definitivo y económico de un compañero, como ocurrió con el malogrado Adrian Gomez, donde se vio la solidaridad y humanidad del mundo del Toro en un Vistalegre lleno.
También existen los que son mas conocidos por tradición y longevidad, como el de la coqueta plaza de Chinchon, otro en Murcia, y Granada.

En estos festivales, los ganaderos lidian novillos toros, que suponen alguna novedad o experimento en la ganadería, aprovechando la menor exigencia del festejo, ya que también en muchos casos los regalan.

Los carteles se suelen componer de cinco matadores de toros y un novillero con proyección, el cual si aprovecha la ocasión le suele valer para obtener mas contratos y en mejores circunstancias, como le ocurrió a Jose Miguel Arroyo "Joselito" en el festival que se celebro en Madrid, para los damnificados por las inundaciones en Colombia.
Los matadores van cogiendo ritmo, y se van desengrasando y desperezando del parón de la temporada, y al mismo tiempo comprueban el estado y las intenciones de los compañeros.


Bueno pues todo esto, a grandes rasgos, era mas o menos lo que ocurría en los festivales hasta ahora.
Por que ahora amigo mio, ya no es así. Ahora por lo que se ve un festival es una excusa perfecta, para presentarnos en el patio de cuadrillas vestidos con un pseudo traje, adornado con fulares, abalorios, sombreros raros, corbatas-pañuelos o pañuelos- corbatas. En vez de ir vestidos por Justo o Fermin, sastres taurinos de reconocido prestigio, el atuendo nos lo ha diseñado Francis Montesinos,  Vitorio y Luccino, o la gilipuertas de Aghata Ruiz de no se que.

A esta moda se han apuntado, o han promovido los de siempre, por un lado Finito de Córdoba, del que yo ya he dado mi opinión con anterioridad, que es un torero que a un festival todavía se le puede ir a ver (algo que de luces ya no), por que puede llegar a torear bien, sin mas, que nadie vea musas, hadas, querubines ni cosas raras. Pero que en ningún caso justifica el ir vestido de esa guisa, a una plaza de toros
Otro "artista", que toreo un festival en México atabiado con un traje blanco, es el amigo Javier Conde, que debe de entrenar con Nacho Duato, en vez de con el carretón, y que ni baila ni torea bien, y necesita de estos atuendos inusuales, para tapar sus carencias taurinas, que creerme son muchas.
También nos ha deleitado con sus modelitos Padilla, el cual me merece mas respeto como torero que los anteriores, pero al que no se le puede perdonar la fechoría. Aunque en el caso del bueno de Juan José, casi va mejor vestido que cuando lo hace de luces,¡ por que vaya tela!.

Ha habido mas, Salvador Vega, Juan Diego, y algunos otros que afortunadamente no he visto, pero esto amenaza con extenderse, por que la moda esta llegando a los tentaderos, que se han convertido en autenticas pasarelas camperas, donde empieza a imperar el "mira que guapo soy y que tipo tengo".

Esta claro que estamos en el siglo XXI, y que todo evoluciona, pero creo que ese no es el camino. Si usted quiere llamar la atención y que hablen, baje la mano, arrimese, jueguesela, entre a matar por derecho, y no se preocupe que le sonara el teléfono.

Señores, seamos serios