domingo, 15 de mayo de 2011

San Isidro

Aun no se han apagado los ecos del gran triunfo de Jose Maria Manzanares y Nuñez del Cuvillo en la pasada feria de Abril, que ya estamos inmersos en el acontecimiento taurino mas importante del año.
¡Que gozada, toros todos los días!

San Isidro siempre ha sido difícil para los toreros, sobre todo para los que vienen con la intención de triunfar, y no pasar de puntillas y cumplir el expediente.
Hay otros matadores que directamente ya no vienen, no les hace falta, viven al amparo de una casa de apoderados fuerte, y no necesitan pasar por su particular via crucis, que es para ellos acudir a la plaza Venteña.
Las femorales deberán jurárselas otros, ya que ellos tienen diseñada su temporada de alfombra roja desde mucho antes de que empiecen las ferias.

Volviendo a la dureza del abono Isidril, cabe destacar que alcanzo uno de sus mementos álgidos, hace unos días en la corrida de Escolar, cuando se juzgo  injustamente la labor de un Torero valiente y honrado como es Rafaelilo, que venia de salir vivo de milagro de la Miurada de Sevilla, para lidiar un lote imposible de una corrida ya de por si casi ilidiable.
Algunos dijeron que no había hecho las cosas bien desde el principio, cuando solo ponerse delante y citar de frente como lo hizo el, ya era una heroicidad. Para muchos toreros haber andado por delante de la cara del de Escolar, y haber intentado sumar dos mas dos, habría sido misión imposible.
Pues al bueno de Rafaelillo lo premiaron con dos broncas, como si tuviera seis cortijos, cuando lo que tiene es un mozo de espadas que no da a basto, para reparar tanto traje de luces destrozado.
Sin embargo dieron un tibio castigo a Matias Tejela y a Juan Bautista cuando los dos dejaron de aprovechar dos buenos toros de Valdefresno, muy aptos para el triunfo.
Al francés, se le volvió a escapar también el viernes un Juan Pedro de "lío gordo" y tampoco se lo recriminaron , aunque en esta ocasión creo que es por que a Bautista le empiezan a echar poca cuenta.

Buena la corrida de Juan Pedro Domecq, fue un encierro que aparte de estar perfectamente presentada, fue muy interesante, y con posibilidades para los toreros, como demostró Uceda Leal al cortar la primera oreja del abono. Seria muy bueno recuperar a este torero para las ferias, por que da gusto verle torear y andar por la plaza con esa clase y empaque que atesora.

Hubo un "tonto" que eligió mal día para llevar una pancarta en contra del encaste Domecq, y cometer la barbaridad de colocar las palabras fraude y manipulación al lado de este apellido histórico en la fiesta de los toros.
Aunque creo que mas tonto fue, el que lo enfoco.

Bueno, la cosa acaba de empezar, y se presenta apasionante

lunes, 2 de mayo de 2011

Francia

Ha sido Francia, antes que nuestro país, quien ha declarado los Toros patrimonio cultural.
En este país vecino, que con el paso de los años ha pasado de ser un vecino incomodo, al que no iríamos a pedir sal, ha convertirse en  agradable, incluso al que nos gusta encontrarnos en el ascensor.
Pues resulta que estos señores, hace años que en materia taurina lo vienen haciendo mucho mejor que nosotros, ya que cumplen con el reglamento que rige sus expectaculos taurinos, el cual a parte de estar consensuado y equilibrado, rige todas las zonas donde se dan festejos en el país, no como aquí que vamos a terminar con uno para cada ciudad.

Ferias, donde la presentación de las corridas provoca sonrojo y envidia entre la afición española, al mismo tiempo que dan cavida a toreros de verdad que solo cuentan con la indiferencia empresarial en nuestro país.
Esto incide claramente en el desarrollo de las corridas de toros, puesto que ganaderos y empresarios no pueden arriesgarse a la mas mínima sospecha de fraude, ya que las sanciones, se cumplen y son ejemplares.
Además de todos estos ejemplos, cuentan con políticos que no se averguenzan de una afición ancestral y cultural, de la que lejos de repudiar se sienten orgullosos y felices de que se siga representando en su país.

Desgraciadamente en España, contamos con una clase política que en el momento en que se aborda el tema de los Toros, la mayoría se pierde en un discurso ambiguo e hipócrita, y otros tantos se pliegan y se callan a las exigencias de una minoría, que no quiere un debate animalista, ni económico, ni de equilibrio social, si no que son cuatro, que piensan que su deber es protestar contra una serie de cosas, enarbolando una bandera de progresismo trasnochado sin ninguna credibilidad.

Esperemos que cunda el ejemplo, y que esas reuniones entre toreros y empresarios tan frecuentes ultimamente, y tan huerfanas de resultados, sirvan para quitarnos complejos absurdos y defender lo que realmente forma parte del patrimonio cultural de este país, que afortunadamente se encuentra al lado de Francia